La Dra. Bethany Rushworth, dentista galardonada y autora de numerosas publicaciones científicas, lleva años dedicándose al desarrollo personal de los dentistas. Sus años de experiencia como coach le han dado una perspectiva muy interesante de la odontología del día a día. En esta serie del blog, cuenta su experiencia y le ofrece la oportunidad exclusiva de conocer mejor el trabajo que hace para contribuir a su desarrollo profesional.
En este blog, la Dra. Bethany Rushworth nos habla de la importancia de marcarse objetivos.
Marcarse objetivos parece que es la última moda, pero ¿hay una forma de hacerlo de manera homogénea y eficaz? ¡Yo creo que sí! A la hora de marcarse objetivos, lo más importante es llegar a ellos de la forma que se adapte a nosotros, puesto que nos marcamos objetivos para poder cumplirlos. Yo tengo una serie de trucos que me han servido para llegar a donde quiero estar y lograr las cosas que quiero conseguir.
En primer lugar es importante ser realista. Si bien puede resultar positivo darnos un empujoncito, no tiene ningún sentido crear metas inalcanzables e imposibles de conseguir, puesto que acabaremos desmoralizados y desanimados cuando alcancemos el inevitable fracaso. A mí me gusta mucho apuntar alto, pero siempre teniendo en cuenta que tener unos objetivos exagerados no servirá de ayuda y que será difícil cumplirlos.
A mí me gusta verlo como entrenar para una maratón. No hace falta empezar a toda máquina, y en cualquier caso tampoco es un sprint. Ser metódico y sistemático resulta muy útil, y dividir una meta en fases más pequeñas también ayuda. Pongamos, por ejemplo, que quiere escribir un libro. Si escribe su objetivo como «Escribir un libro», es probable que lo posponga constantemente, puesto que es una tarea abrumadora. Sin embargo, si lo divide en el tiempo e incluye etapas, como buscar editores, contactar con ellos, averiguar los precios de impresión, etc., puede ocuparse de una cosa detrás de otra. Ayuda a ser aún más específico porque se crean objetivos específicos como «A fin de mes sabré exactamente cuánto me va a costar imprimir el libro» o «Cuando termine esta semana tendré tres presupuestos de distintas imprentas».... ¡Algo así! Cuanto más específica y más concreta sea cada fase del objetivo, más probable será llegar al final del plan.
Otro ejemplo podría ser hacer trabajos para clase. «Escribir una redacción de 2000 palabras» puede parecer abrumador si lo escribimos tal cual en una lista. Pero si lo dividimos en pasos más pequeños, como «Hacer un esquema», «Enumerar referencias», etc., nos resultará más fácil empezar.
A mí me ayuda pensar en POR QUÉ quiero conseguir esas cosas. Saber cuál sería el resultado de llegar a esa meta me ayuda a centrarme, especialmente en las tareas que no me apetece hacer. También puede ser muy útil vincular los objetivos entre sí. Considerarlos escalones para llegar a un objetivo superior puede ser muy motivante. Los trabajos para clase y las tareas administrativas son excelentes ejemplos. Pueden hacerse cuesta arriba, sobre todo cuando hace buen tiempo. Sin embargo, recordarse con frecuencia por qué hay que terminarlos puede ser una excelente motivación. Puede decírselo mentalmente o escribirse un recordatorio. A mí me gusta tener un tablero visual con imágenes inspiradoras para que, cuando sienta que ya no puedo más, verlo me anime a seguir adelante.
Me gusta considerar la vida y los objetivos un proceso dinámico, así que de vez en cuando vuelvo a evaluar lo que estoy haciendo y por qué. Esto es especialmente importante para los objetivos a largo plazo, como aquellos en los que para el resultado faltan uno o varios años. Con el paso del tiempo, nuestras prioridades cambian. Por tanto, creo que es necesario revisar lo que queremos conseguir y saber que está bien cambiar de opinión. He quitado objetivos de mi lista a mitad de año porque ya no sentía que fueran acordes con mis valores y con la dirección en la que iba.
En general es fantástico marcarse objetivos. Pero es esencial asegurarse de que sean factibles y relevantes para nosotros y para nuestro camino. Los objetivos no siempre tienen que estar relacionados con los estudios o el trabajo, ¡también se puede decidir hacer MENOS trabajo! Trate de no compararse, ni comparar sus deseos con los de otra persona, y jamás se sienta culpable por querer algo distinto a lo que quieren los demás.